LA ROSA Y LA AMAPOLA (soneto endecasílabo )
Calmo la sed a la rosa amarilla
entre surco de agua, roja amapola,
casi marchitada bravía y sola,
su rojo ha encendido mi mejilla.
Porque es una flor silvestre y sencilla
y brota de la tierra su corola,
con cáliz que a los ojos nos inmola
sin que nadie plantase su semilla.
Libre con el viento cae en arcilla,
soporta los rigores del invierno,
esperando el milagro y maravilla.
Terrenal hay un Dios que muestra orilla
y puede que vivir sea un infierno,
pero existe esa luz que siempre brilla.
C.ROMÁN.( © Derechos Reservados )
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