Como hojas otoñales
que el viento juega con ellas
arrastra y deposita,
para elevarlas en espirales.
Así por altos fines
el amor me eleva al cielo,
por el soplido de un hombre
con un aire aventurero.
Levantada en placeres,
alzada en sentimiento
me deja caer en el lecho
con besos de aguacero.
Y con mi cuerpo tendido
su aliento y mi respirar,
es viento enfurecido
en mi boca al exhalar.
Es él, el que me dirige
sobrado de entendimiento
que amorosamente rige
entre mi cuerpo yaciendo.
Me cura con sus caricias,
y me mata con lamento,
soy una frágil hoja
trasportada en movimiento.
C.ROMÁN..( © Derechos Reservados )
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