La hora se va pasando
y tan deprisa que da pavor
mientras amando y penando
vivimos con todo el furor.
Tal vez nunca lo pensemos,
que en un segundo cualquiera
la muerte en él nos espera
y el reloj no lo contemos.
Y lejos de nuestra esfera
cuando espíritu nos yace
el que nos ama desespera
y vivos en su recuerdo pase.
Quizá veamos sol de nuevo día
y rosado ocultarse en Occidente,
llegue noche templada o fría
sin el ocaso en nuestra frente.
Tal vez a la luz de la luna
cuando la noche es callada
en una boca dulce y pura
nuestra alma sea elevada.
Y en ese instante sólo pensemos
el beso que nos derrama
que con amor lo viviremos
sin pensar en el mañana.
C.ROMÁN.( © Derechos Reservados )
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