Un canto de dulce trino
de la alameda al camino
lanzando va el ruiseñor,
entre rumor de agua y viento
al oído he puesto atento
para escucharlo mejor.
Se agitan hojas del olmo,
por aire se huele alameda,
que hasta el más agreste tolmo
impregnado en verde queda.
En rama le respondía
enfrascado el colorín,
al parecer le decía:
La rana, atenta escuchaba
agitándose en frescor
con su croar repetía:
¿Que les pasa, a estos dos?
La abeja que fiel volaba
de la colmena a la flor
con dulzor néctar libaba,
reprendía con ardor:
- señores, no haya desdén -
Que si dos cantan a coro
se tejen coronas de oro
para reyes de éste harén.
Y en ésta hombría serena
mi alma de poeta suena
silenciosa a toda voz,
que entre la yedra tan verde
soñando el alma se pierde
a ráfagas con el sol.
C.ROMÁN.( © Derechos Reservados )
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